Los suelos y revestimientos de cocina suponen una gran decisión a la hora de elegir la opción correcta que combine a la perfección con tu cocina. Una decisión que debe llevarse a cabo prácticamente al inicio del proceso, puesto que de esta manera los zócalos y líneas de unión encajarán con una mayor precisión.
Por eso, si estás pensando en reformar esta estancia de la casa, aquí te damos unos consejos para que paredes y suelos combinen dándole a tu cocina el toque que buscas:
Si buscas un aspecto más clásico y rústico, debes apostar por baldosas de piedra. La pizarra, el mármol o el barro son algunos de los materiales mas utilizados para la superficie. Además, debe ir complementado con azulejos artesanales de colores cálidos que reflejen su luz en el suelo.
Por el contrario, si estás pensando en un toque más ecléctico y moderno, la solidez y el tono del hormigón es la mejor opción. La tonalidad oscura de este suelo contrasta a la perfección con tonos blancos con los que se puede revestir paredes y muebles. Además, facilita la limpieza y su resistencia lo hace un material perfecto si la cocina es un lugar de mucho “tránsito”.
Aunque a lo mejor buscas una sensación de tranquilidad en la cocina. Si cuentas con una gran entrada de luz natural, una opción bastante acertada es la instalación de láminas de madera en el suelo combinados con paredes de colores cálidos que consigan crear una atmósfera limpia en el diseño. La luminosidad de este ambiente juega un papel crucial para conseguir el efecto que buscamos.
Paredes coloridas, paredes con vida
Hasta ahora hemos dado preferencia a la elección del suelo aconsejando en función de este el revestimiento de las paredes que mejor combinaba, pero ¿y si hacemos el proceso al revés?
En los últimos tiempos se ha puesto muy de moda la instalación de papel en las paredes. De esta manera tenemos infinitas posibilidades para elegir el estampado que más nos gusta. Desde diseños más modernos o ‘pop’ hasta otros más clásicos y neobarrocos con los que, por ejemplo, el suelo laminado de madera que ya nombramos es una elección más que acertada, puesto que el reflejo de la luz en él destaca a la perfección los vinilos de las paredes.
Otra opción, más arriesgada aún, es optar por pintar las paredes con colores vivos. Ideal para cocinas amplias y con una gran luminosidad, este tipo de revestimiento es muy simple y consigue una estética alegre y juvenil. Combinada con suelos claros -mármol es una buena opción- el contraste es aún mayor y la viveza de los colores se multiplica.