En ocasiones los techos pasan desapercibidos en el esquema de decoración que compone una estancia, pero realmente se trata de un espacio con un enorme potencial. Las opciones de diseño que ofrecen los techos para cocinas, en este caso, son infinitas además de tener un amplio abanico de posibilidades.
El diseño actual de la cocina moderna ofrece un gran abanico de opciones para personalizar al máximo la estancia. La fabricación de muebles, por ejemplo, permite encontrar muchas variedades diferentes, incluso para convencer al gusto más exigente. Amplias gamas de colores, diseños y texturas se abren ante un comprador moderno.
Igual pasa con los techos: existen múltiples alternativas. Elige la que más se adecúe a ti y a lo que quieras expresar con tu cocina. Lee atentamente todas las opciones que te contamos desde Murelli Cucine y ¡decántate por el techo que más se ajuste a tus gustos y estilo de vida!
Técnicas de construcción
Uno de los factores más importantes a tener en cuenta, es conocer cómo está construido tu techo. Deben tener una forma con la que no se acumule polvo ni vapores de condensación. Observa que su limpieza sea sencilla y que se encuentre en buenas condiciones, es decir, que no aporte contaminación a los productos.
Las uniones del techo con las paredes han de ser preferiblemente redondeadas. Si tienes un techo bajo, las molduras conseguirán una ilusión de altura. Por el contrario, en estancias con techos más altos, a menudo se emplean chapas para que el espacio sea más acogedor.
Los falsos techos son muy utilizados también en las cocinas. Permiten obtener superficies perfectamente planas y lisas. Además, ofrecen diferentes texturas, acabados y colores que pueden solucionar cualquier punto imperfecto que haya en tu techo. Observa que esté hecho a partir de materiales impermeables, resistentes y con accesibilidad a la cámara superior para realizar la limpieza y desinfección.
Elige un material
Seleccionar el material con el que va a ser construido tu techo, compone la base de todo lo que vayas a hacer posteriormente en cuanto a diseño se refiere.
Como primera opción te proponemos la escayola. Es un material resistente a la humedad puesto que es absorbente, su montaje es sencillo debido a su facilidad en el transporte y se trata de un componente bastante económico. Además, sus productos constituyentes tienen una naturaleza inorgánica, es decir, son materiales no combustibles. Puedes encontrar la escayola dispuesta en placas o formando un techo continuo.
El pladur es un producto formado por placas de yeso laminadas entre dos capas de cartón. Entre sus ventajas está su rápido montaje y limpieza, ya que su realización es en seco, y proporciona un gran acabado final. Ofrecen un alto nivel de aislamiento, y son muy resistentes a la compresión por el yeso y a la flexión por la asociación con el cartón.
Si lo que buscas es implantar un techo a base de placas, puedes optar por las metálicas o las de aluminio lacado. Las primeras de ellas se fabrican a partir de materiales registrables. No son absorbentes pero sí muy resistentes al impacto, a productos abrasivos, bacterias y a la corrosión. Además su limpieza es muy sencilla. Por otro lado, las placas de aluminio lacado, suelen ser de grandes dimensiones y ligeras de peso, por lo que será necesario un menor número de juntas. Tampoco es absorbente, pero si son fácilmente lavables. Cabe añadir que estéticamente dan una sensación de techo continuo.
Como última sugerencia, quizás prefieras decantarte por un panel rígido de PVC. No suelen incluir plastificantes y ofrecen una buena resistencia a la acetona y otros productos químicos. Sencillo de instalar, de fácil limpieza, no absorbe la humedad, no se corroe y no precisa mantenimiento. Además de cómodo, es muy estético, sobretodo para los revestimientos del techo.
¡A diseñar!
Generalmente en los hogares suele haber una continuidad del techo entre habitaciones pero, ¿por qué no darle a cada estancia un aire propio? Es un cambio que no pasará desapercibido jamás, al menos en la cocina.
Rompe con lo tradicional comenzando por el color. Un contraste de tonalidades llama la atención en todos lados y el techo no es la excepción. Es recomendable usar colores claros, ayudando a la localización de suciedad y facilitando así su limpieza.
Intenta pintar la moldura de un color diferente al techo para llamar la atención sobre los detalles creando así una estancia con toque original y arriesgado. Incluso un ligero tono más oscuro o más claro creará un efecto maravilloso.
Si estás buscando agregar algo de textura, existen múltiples ideas: techos murales, cielos estrellados, efecto espejo, etc. También puedes combinar materiales y conseguir una apariencia peculiar a través de técnicas como el papel tapiz, los metales y la madera, que añaden un enorme interés a la sala.
La estructura del techo también puede resultar de gran ayuda para darle un aspecto renovado. Saca provecho a elementos como las vigas o los pilares y márcalos consiguiendo un estilo industrial. También puedes constituir diferentes niveles con piezas a distintas alturas y lograr más profundidad y dinamismo.
Y, cómo no, una de las misiones más importantes de tu techo es conseguir una iluminación eficaz. Desde ahí cuelgan los principales focos de luz y jugar con la manera de colocarlos puede hacer que lo veas de formas muy diferentes.
Refuerza el pasillo y la isla de trabajo con un elemento suspendido y cargado de iluminación. Si cuentas con un lugar para comer, dale también presencia con una iluminación directa. Por el contrario, haz que el espacio gane dinamismo introduciendo líneas curvas y sinuosas reforzadas por una iluminación de forma indirecta que se desprenda del techo.
Como te habrás dado cuenta, existen multitud de ideas para crear el techo perfecto. Presta atención a los detalles y haz que este gane personalidad dándole el protagonismo que se merece.