El acero es uno de los materiales más utilizados en la cocina. Encimeras, lavaplatos y elementos decorativos que aportan valor son en muchos casos fabricados con acero inoxidable.
Elegir el material de cada elemento en la cocina es muy importante. La gran variedad de ellos a los que nos enfrentamos y los diferentes estilos dificultan un poco esa tarea. Por eso es importante conocer las principales ventajas e inconvenientes que tienen a la hora de formar cada una de las partes de esta estancia en el hogar.
En este artículo de Murelli Cucine, te contamos porqué debes optar por este material:
1.- Resistencia: El acero inoxidable se caracteriza, ante todo por su resistencia. Cualquier golpe, el acero lo soporta perfectamente. Pero no solo los golpes, los cabios de temperatura bruscos, los recoge sin verse modificado.
Es ideal para cocinas donde la carga de trabajo es muy elevada. Al igual que, como comentábamos antes, en ollas, sartenes y demás utensilios de uso diario.
2.- Estético: El acero es un material muy elegante. Se amolda a casi cualquier escenario aportando mucho valor estético al resultado final. Por supuesto, consigue dar un toque vanguardista y moderno que permite convertirse en un elemento de distinción y exclusividad.
Además, en contra del pensamiento mayoritario, no es una opción muy cara para utilizarlo en lugares de privilegio como la encimera.
3.- Limpieza: También se caracteriza por su facilidad en la limpieza. Con un simple trapo se elimina la suciedad rápidamente. En esta faceta debemos poner especial cuidado a la hora de secarlo correctamente; y es que el principal enemigo serán las marcas que se hagan en su superficie.
4.- Luminosidad: El reflejo del acero inoxidable aporta luminosidad y amplitud al espacio. De manera complementaria, utilizar una iluminación adecuada nos permitirá generar la sensación de una cocina más grande.
Aunque también te contamos algún que otro problema con el acero inoxidable. A pesar de ser un elemento muy resistente, son muy fáciles de arañar si se arrastran cargas de peso por encima.
Además, con el uso puede ir perdiendo progresivamente el brillo inicial tan característico, por lo que debemos ser conscientes y recuperarlo con la infinidad de productos de limpieza que existen para esta tarea.
Por último, existen dos inconvenientes a comentar: ruidoso y frío.
En primer lugar, cualquier golpe y choque en el acero suena demasiado y puede llegar a ser molesto. Por otro lado, su tonalidad y brillo, puede dar sensación de elegancia y modernidad, pero también de ambiente frío y poco dotado de personalidad. Dependerá de nosotros combinarlo de una manera adecuada para huir de esta imagen.