Las encimeras de acero son una opción cada vez más extendida en las cocinas que buscan un aspecto más moderno y un diseño más vanguardista. Por este motivo, desde Murelli Cucine te explicamos algunas claves para sacarle el máximo partido y disfrutar de ella al máximo.
El acero es elegante, serio y moderno, por lo que es el material perfecto para este tipo de cocinas. Unas encimeras propias de cocinas destinadas al uso profesional (restaurantes, altos chefs,…) dado su contenido casi aséptico y limpio. No obstante, en los últimos años, su uso está cada vez más extendido.
Es, con total seguridad, uno de los materiales más higiénicos y resistente a las altas temperaturas, por lo que, en cocinas donde se trabaja mucho es altamente recomendable.
Limpio y fácil de cuidar
Las encimeras de este material requieren cuidados muy sencillos. El punto donde hay que prestar más atención es en lo referente a arañazos y marcas, que pueden dar al traste con el resultado final de la encimera.
No obstante, para ello debes huir de los productos abrasivos (amoniacos aguas tratadas, …) que acaban por dañar el acero. Tampoco estropajos ni elementos rugosos con los que se arañe y marque, ya que puede perder su brillo.
Por ello, lo más sencillo es utilizar un paño de cocina suave con agua y jabón. Así se elimina toda la suciedad con el mínimo trabajo. Algo a tener en cuenta también, son las gotas que deja la limpieza. El secado también debe ser prioritario, pues esas gotas se marcan con facilidad.
Un consejo de gran utilidad es limpiar el acero en el sentido de la lija para que todo sea más orgánico.
Negros y blancos para sacarle el mayor partido
El acero es un material que tal y como hemos explicado, deslumbra por su sobriedad y elegancia. Por este motivo, la combinación perfecta para remarcar aún más estas características debe ser con: muebles de acero o en blanco y negro.
Una gran opción siempre que busques ese toque de distinción que eleva a la cocina a otras cotas. Y es que sin duda, con encimeras como esta, la cocina se engrandece y se coloca en el lugar que le corresponde en la casa.