A la hora de diseñar la cocina tendemos a centrarnos en la decoración o en la distribución, y dejar para el final los elementos funcionales como el horno, el frigorífico o incluso los fuegos. Para evitar que eso ocurra con tu cocina, desde Murelli Cucine queremos daros algunas pistas para elegir la placa, según los tipos de fuegos que hay y las ventajas que cada uno de ellos tiene.
A fuego lento
En primer lugar, la opción perfecta para los amantes de la cocina a fuego vivo es la cocina de gas. La de toda la vida. Lo ideal es que nos hagamos con una moderna y que tenga un encendido eléctrico y automático. Las ventajas principales de estas placas son que consumen poca energía, calientan con rapidez y son económicas. Pero, como puntos negativos, la limpieza de una placa con gas puede llegar a convertirse en un engorro y si no se hace de forma habitual, puede acumularse la grasa bajo las celdas de metal. Además de necesitar revisiones periódicas.
Vitrocerámicas radiantes
Son las más comunes a dia de hoy en los hogares españoles. En este tipo de placas el calor se genera a través de un sistema de radiantes que se encuentran bajo el cristal de protección.
Una de las ventajas de estas vitrocerámicas es que permiten cocinar con cualquier tipo de material –aluminio, barro, o cualquier otro–, algo que no sería posible en una vitrocerámica de inducción. Además, son más baratas que las de inducción. Sin embargo, algunas desventajas son que tardan más en calentarse, consumen más electricidad y se rayan con facilidad. Si no queremos que se deterioren, debemos emplear productos especiales que nos ayuden a eliminar las manchas que se adhieren a la superficie.
Vitrocerámicas de inducción
Este tipo de placas cada vez toma más protagonismo en las cocinas de nuestro país, pese a tener un precio más elevado.
Al igual que las radiantes, tienen una superficie de cristal cerámico, pero calientan el doble de rápido ya que el calor se genera mediante ondas magnéticas que, sin calentar el foco ni la placa, va directamente al recipiente. Es decir, si tocamos la superficie de la placa de inducción no nos quemaremos. Además, son muy resistentes a los golpes.
Alguna de sus desventajas sin embargo es, (además del precio más alto que hemos mencionado antes) que requieren una batería de cocina específica, no vale cualquier recipiente ya que tienen que ser recipientes ferromagnéticos.
Pero, ¿y si no quiero elegir?
En este caso, también hay una opción para ti: las placas modulares. Combinan zonas de gas, de inducción o vitrocerámica que permiten configurar formas de cocción diferentes y personalizadas. Son las más versátiles y están pensados para los amantes del arte culinario. Son las placas idóneas si no contamos con mucho espacio y queremos tenerlo todo en una misma vitro.
Las vitrocerámicas deben elegirse en función de la funcionalidad, del precio y su consumo, y como no, del estilo y la personalidad que queremos darle a nuestra cocina. Desde Murelli te aconsejamos qué vitrocerámica puede ajustarse mejor a lo que deseas y al presupuesto que planteas, para que puedas cocinar y disfrutar tus platos preferidos.