Trabajar en una cocina lleva consigo una gran responsabilidad. Ser respetuoso con el Medio Ambiente e intentar continuamente realizar un menor gasto energético debe ser una prioridad absoluta en esta estancia. Por ello, debemos utilizar los electrodomésticos de la manera más eficiente posible.
Y es que las estadísticas nos dan toda la razón. Tal y como aseguran organismos como el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), solo el consumo que se hace en los hogares equivale a más de una quinta parte del total de energía que se utiliza en España. Pero es dentro de nuestras casas, donde la cocina supone el mayor gasto. Porque si un hogar promedia un gasto de 4.000 kWh (kilovatio/hora) anual, solo electrodomésticos como el frigorífico, el horno, la vitro o el lavavajillas, juntos llegan al 30% de esa cifra.
Un gasto de esa envergadura necesita, por parte de los usuarios, un estudio detallado y pausado previo a la hora de elegir los mejores electrodomésticos para la cocina. Y el primer paso, sin duda, pasa por observar con detenimiento la etiqueta energética que se les atribuye a estas máquinas.
Elegir electrodomésticos con el etiquetado (Clase A) se calcula que pueden tener un gasto energético un 30% menor que el habitual. Una circunstancia que los hace más caros a la hora de comprarlos, pero cuya amortización a corto plazo es muy alta.
Uso razonable = consumo eficiente = Ahorro de energía
Es importante realizar una serie de dinámicas en el día a día para ahorrar energía. Desde la iluminación y la ubicación de los diferentes elementos hasta el uso que hagamos de ellos es importante.
En lo que a la iluminación se refiere hay un aspecto crucial. Durante años hemos utilizado bombillas tradicionales para dar luz a la estancia. No obstante, ahora existen otros sistemas y las bombillas de bajo consumo y iluminación con LED que nos permitirán un ahorro del 80% y una duración hasta 8 veces superior que las bombillas al uso.
Además, hay otros aspectos en los que no nos percatamos, pero que a la larga suponen un gasto energético continuo. Este es, sin duda alguna, el modo ‘stand by’ o ‘suspensión’ de los electrodomésticos. Por eso es importante, a la hora de la compra, estar enterado de aquellas máquinas que consumen menos o, directamente, no consumen en este estado.
Por otro lado, es importante el consumo que hacemos en electrodomésticos como la lavadora. Este elemento tiene un gasto energético del 90% únicamente destinado a calentar el agua para lavar la ropa. Por eso, es aconsejable realizar los lavados con programas en frío.
De la misma forma que ocurre con la nevera. Abrirla solo cuando sea necesario y durante el mínimo tiempo posible nos hará ahorrar hasta un 5% del total del gasto de este electrodoméstico. O si podemos apagar unos 5 minutos antes de terminar de cocinar la vitro para finalizar la cocción con el calor residual.
El consumo eficiente, el uso responsable y el ahorro energético es algo que debe ser prioritario en el día a día de una cocina.